Otsagabia - Ochagavía. La puerta de Irati.




Ochagavía, Otsagabia en euskera, no es la capital del Valle de Salazar, pero si es su localidad más grande y populosa. Está situada al norte de este valle, a 764 metros sobre el nivel del mar, donde se unen los ríos Zatoya y Anduña. El Anduña cruza el pueblo y le da su estampa más conocida, con su puente medieval que lo cruza, austero y hermosísimo. Sus balcones repletos de flores, sus casas a dos o cuatro aguas, con las techumbres fuertemente inclinadas, sus calles empedradas, limpias y cuidadas, hacen de este pueblo uno de los más bonitos de Navarra. Sobre una loma se alza la iglesia de San Juan Evangelista, monumental templo que alberga restos de su pasado, fechados en el siglo XIII, aunque su mayor parte corresponde a una reforma y ampliación que tuvo lugar entre los siglos XVI y XVII. Aunque quizá el templo que mayor devoción concentra entre los ochagaviarras sea el de Nuestra Señora de Muskilda, una preciosa ermita situada en la cima del monte del mismo nombre, y al que acude el pueblo entero el día de la Natividad de la Virgen, el día 8 de septiembre. Los filólogos creen que el origen del nombre de este pueblo, de clara procedencia euskérica, podría tener su origen en las palabras Ots(o)a (lobo) y kabia (el nido): el nido de lobos o lobera. Otros expertos en cambio consideran que su origen estaría en palabras como (H)Otza (frío) u Osa (pasto) y gabia (variante dialectal de “la noche”).

Solo unas pocas personas tienen como idioma materno el ancestral euskera salcenco, parecido al roncalés. Hasta bien entrado el siglo XX este era el idioma que se hablaba en Ochagavía, pero se perdió en gran medida la trasmisión madre hijo durante estos años. Hoy, la chavalería aprende el salacenco y recupera así palabras y conciencias que a punto estuvieron de perderse. Vuelve a hablarse el idioma milenario del Pirineo navarro oriental, vuelven a adornarse las calles de este pueblo con el antiquísimo tesoro de su lengua ancestral. 

Pero si algo distingue a Otsagabia de entre el resto de las hermosas localidades de Salazar es que este pueblo es la puerta a uno de los mejor conservados bosques de la península, el hayedo abetal más grande de Europa, el bosque casi virgen de Irati.

Ochagavía, el nido de lobos, allí arriba, donde más cerca esta Navarra del cielo pirenaico, descansa en una siesta veraniega en estos extraños días de septiembre, calurosos y brillantes como los de julio. Pasa el Aduña despacio, adelgazado de sequías y de sol, por entre las balconadas floridas de más norteño pueblo salacenco. Allí arriba, alrededor de la torre de la iglesia revuelan aviones comunes, golondrinas y los últimos vencejos. En el silencio meditabundo de este pueblo precioso, anclado a la Historia, rodeado de algunos de los bosques y los montes más hermosos de la Tierra, las calles, las gentes y el paisaje boscoso que lo rodea parecen darte la bienvenida en su hermoso euskera salacenco: Onki Xin! ¡Bienvenido!

Juan Goñi

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